Ginette
Si quieres un viaje exprés a Francia esta debe ser tu elección, pues en Ginette la carta consiste en una fusión franco-española de lo más original.
Como opciones saludables probamos 2 entrantes muy conocidos; las Bravas estilo Ginette y el Ceviche de dorada con mango y cilantro. Lo bueno de estas bravas es que han reinventado esta conocida tapa española en forma de patatas hasselback – un tipo de corte- especiadas y hechas al horno, que las acompañan con una salsa a base de tomate muy aromática también. Por otro lado, el ceviche es un plato de pescado – lo que supone un aporte de proteína – que viene con un refrescante aliño y mango a daditos, complementado con aguacate que equilibra el plato aportando esa cremosidad de las grasas – pero estas son saludables.
No pudimos evitar caer en la tentación y probar las Croquetas de pato confitado (2uds), un plato muy español pero con ese toque francés que supone hacerlo a base de pato. Son muy cremosas y suaves, de gran tamaño, de forma que con una te sientes saciado sin que luego caiga pesado.
Nos trajeron también mantequilla Beurre d’Échiré , que según nos comentaron tiene fama de ser la mejor del mundo y denominación de origen protegida. Personalmente, no me gusta la mantequilla pero debo de reconocer que esta tenía un sabor muy particular al que merece la pena darle una oportunidad.
Como plato principal pedimos el Magret de pato con reducción de cítricos y zanahorias confitadas, que al contrario de lo que pensaba, las hacen en su propio jugo sin usar azúcar. Lo que las convierte en un plato principal muy saludable. La salsa esa fina y creaba un agradable contraste con el magret, sin robarle protagonismo. No obstante, debo decir que no lo encontré al punto que me gusta: la parte grasa no estaba crujiente y el centro estaba demasiado hecho.
No nos pudimos resistir y pedimos postres. Una apuesta segura es el Moisés de chocolate con salsa de caramelo salado y avellanas, el cual recomiendo si sois amantes del chocolate porque el sabor es intenso y el toque salado que aporta el caramelo resalta aún más el sabor del chocolate. Además que, personalmente, me encanta el toque crujiente que dan las avellanas. Por otro lado, una opción más ligera es la Piña escalfada al limón con espuma de chocolate blanco. Destacaría que han sabido conservar muy bien la frescura de la fruta, sin ser un plato excesivamente dulce pues la espuma de chocolate blanco es bastante suave de sabor.
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